Suprimir las inyecciones, libertad en la alimentación, cero incomodidad y disminución de los episodios de hipoglucemia, son algunos de los beneficios que nos brindan las bombas de insulina, y con esto, es imposible no ilusionar a un diabético tipo 1. La idea de pasar inadvertido en un restaurante, dormir toda la noche sin interrupciones o escoger el helado con sabor a Snicker en Popsy es una tentación que muchos, incluyéndome, no podemos resistir. Y como ya les había contado en posts anteriores, me deje seducir por este "milagroso" aparatico, así que tuve la oportunidad de usar durante un mes la bomba de insulina Omnipod y sentirme durante 30 días "normal".
Ahora, que ya ha pasado el mes y llevo varias semanas sin la omnipod, estoy de nuevo con mis inyecciones múltiples diarias, y tal vez no creeran lo que les voy a decir pero ahora si me siento completamente normal. Definitivamente no soy apta para usar bomba de insulina, y no lo digo porque no sea disciplinada, o mis hemoglobinas estén muy altas por el tratamiento clásico, no haya aprendido a usar la tecnología, o la bomba no cumpla las expectativas, todo lo contrario, cada beneficio se cumple a cabalidad, pero soy tan disciplinada que continuo con mi dieta libre de azúcar, así que aquello de libertad en la alimentación, conmigo no va, siempre pido el helado light, así que en mi caso particular, las unidades requeridas son mínimas, con decirles que el pod (aquel que va adherido a la piel) se rellena con un mínimo de 85 unidades y yo sólo requería un máximo de 30, un desperdicio de 55 unidades de insulina, nuestro preciado líquido; suprimir las inyecciones, es verdad, pero la jeringa no me incomoda cuando duermo, contrario a lo que pasaba algunas noches con el pod, y ninguna hipoglucemia, porque en muchas ocasiones contaba mal los carbohidratos y en mi glucómetro sólo aparecian números por encima de 200 mg/dL, y según mi último exámen tuve una subida de mi hemoglobina, aunque no muy significativa. Lo que verdaderamente me molestaba de esta bomba y que debo confesar, era tener que medir mi azúcar en sangre cada vez que consumia un alimento, es decir unas 6 e incluso 7 veces diarias, u 8 si me antojaba de una chocolatina light, un gasto de tirillas que no cubriría mi bolsillo y menos la actual emergencia social.
Así que con todo esto, decidí continuar con el tratamiento habitual, pero esta vez aprendí a usar la insulina rápida combinada con la Lantus, un intento por imitar un páncreas sano, de esta manera puedo aplicar unas unidades más o unas menos cuando lo requiera en las comidas principales y no debo aplicar en las meriendas cuando se trate de alimentos dietéticos, además por fortuna eliminé las hipoglucemias de la madrugada e incluso como en el anterior tratamiento con NPH, algunas veces no requiero insulina, eso pasa en algunas épocas que por cierto debo ponerme en la tarea de analizar, un poco extraño, ya que, según un exámen de Péptido C mi páncreas esta como el Rio Magdalena, seco (qué lastima)...
Seguramente, fue muy poco el tiempo para adaptarme a la nueva tecnología, sin duda las bombas de insulina son una buena opción para niños diabéticos o los diabéticos en general que requieran mucha insulina y deban inyectarse varias veces; con un buen conteo de carbohidratos y el manejo correcto de la bomba se puede lograr un buen resultado de hemoglobina sin tantos sacrificios y sin duda es tranquilizante no tener la mirada de la gente sobre uno cuando nos inyectamos.
Personalmente, sin permiso de quienes se deben topar con un diabético insulinodependiente en un restaurante, seguiré inyectando mi insulina allí en mi mesa, si debo despertarme a las 3am por una hipoglucemia pues la remediaré y seguiré ordenando alimentos light y cuidando mis porciones.
Ese es el trabajo de una persona diabética, y cumpliré mis tareas para mi propio beneficio, porque para nosotros o por lo menos para mí, es normal lo que tenemos que hacer.
Adiós, Omnipod!!!!!!!
VER TAMBIÉN: Ahora, que ya ha pasado el mes y llevo varias semanas sin la omnipod, estoy de nuevo con mis inyecciones múltiples diarias, y tal vez no creeran lo que les voy a decir pero ahora si me siento completamente normal. Definitivamente no soy apta para usar bomba de insulina, y no lo digo porque no sea disciplinada, o mis hemoglobinas estén muy altas por el tratamiento clásico, no haya aprendido a usar la tecnología, o la bomba no cumpla las expectativas, todo lo contrario, cada beneficio se cumple a cabalidad, pero soy tan disciplinada que continuo con mi dieta libre de azúcar, así que aquello de libertad en la alimentación, conmigo no va, siempre pido el helado light, así que en mi caso particular, las unidades requeridas son mínimas, con decirles que el pod (aquel que va adherido a la piel) se rellena con un mínimo de 85 unidades y yo sólo requería un máximo de 30, un desperdicio de 55 unidades de insulina, nuestro preciado líquido; suprimir las inyecciones, es verdad, pero la jeringa no me incomoda cuando duermo, contrario a lo que pasaba algunas noches con el pod, y ninguna hipoglucemia, porque en muchas ocasiones contaba mal los carbohidratos y en mi glucómetro sólo aparecian números por encima de 200 mg/dL, y según mi último exámen tuve una subida de mi hemoglobina, aunque no muy significativa. Lo que verdaderamente me molestaba de esta bomba y que debo confesar, era tener que medir mi azúcar en sangre cada vez que consumia un alimento, es decir unas 6 e incluso 7 veces diarias, u 8 si me antojaba de una chocolatina light, un gasto de tirillas que no cubriría mi bolsillo y menos la actual emergencia social.
Así que con todo esto, decidí continuar con el tratamiento habitual, pero esta vez aprendí a usar la insulina rápida combinada con la Lantus, un intento por imitar un páncreas sano, de esta manera puedo aplicar unas unidades más o unas menos cuando lo requiera en las comidas principales y no debo aplicar en las meriendas cuando se trate de alimentos dietéticos, además por fortuna eliminé las hipoglucemias de la madrugada e incluso como en el anterior tratamiento con NPH, algunas veces no requiero insulina, eso pasa en algunas épocas que por cierto debo ponerme en la tarea de analizar, un poco extraño, ya que, según un exámen de Péptido C mi páncreas esta como el Rio Magdalena, seco (qué lastima)...
Seguramente, fue muy poco el tiempo para adaptarme a la nueva tecnología, sin duda las bombas de insulina son una buena opción para niños diabéticos o los diabéticos en general que requieran mucha insulina y deban inyectarse varias veces; con un buen conteo de carbohidratos y el manejo correcto de la bomba se puede lograr un buen resultado de hemoglobina sin tantos sacrificios y sin duda es tranquilizante no tener la mirada de la gente sobre uno cuando nos inyectamos.
Personalmente, sin permiso de quienes se deben topar con un diabético insulinodependiente en un restaurante, seguiré inyectando mi insulina allí en mi mesa, si debo despertarme a las 3am por una hipoglucemia pues la remediaré y seguiré ordenando alimentos light y cuidando mis porciones.
Ese es el trabajo de una persona diabética, y cumpliré mis tareas para mi propio beneficio, porque para nosotros o por lo menos para mí, es normal lo que tenemos que hacer.
Adiós, Omnipod!!!!!!!
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