Frederick Banting nació en Ontario, Canadá el
14 de noviembre de 1891, por esa razón éste día se celebra el Día Mundial de la
Diabetes para rendirle tributo.
Es el héroe de toda persona con diabetes, por eso tenía que intentar un nuevo viaje en el tiempo para entrevistarlo. Todavía conservo mi bomba de insulina transformada en máquina del tiempo con la ayuda del Dr. Emmett Lathrop Brown (más conocido por su Delorean modificado) y me tracé mi recorrido hasta el año 1924, un par de años después del descubrimiento.
Con la excusa de ser corresponsal de un periódico
local me recibió en su oficina, no era muy grande pero cómoda e iluminada. Frente
a la ventana estaba su escritorio con muchos papeles, un bolígrafo y una pipa
que parecía recién usada. En un estante reposaban sus libros de medicina, y una
fotografía cuya imagen no logré distinguir. Vestía un traje negro con chaleco
del mismo tono y camisa blanca donde no podría faltar la corbata a rayas. Sus
gafas redondas decoraban su rostro.
Gracias por aceptar esta entrevista Dr.
Banting, primero quisiera sumar mi felicitación a su descubrimiento y proseguí
ocultando las ganas de abrazarlo y soltar todo lo que vendría en el futuro,
pero continúe con las preguntas:
¿En qué proyectos
estaba antes de comenzar en la investigación y posterior descubrimiento de la
insulina?
“Debo decirle que antes de ser médico, estudié teología, pero cambié mi rumbo sin pensar que también cambiaría el rumbo de las
personas con diabetes. Me gradué en 1916 de la Universidad de Toronto y estuve
en la primera guerra mundial apoyando como médico militar en Francia, regresé a
Ontario para seguir trabajando en diferentes áreas de la medicina"
En esa guerra, en 1918, fue herido de bala en la
Batalla de Cambria, con nuestra suerte, no de gravedad. Recibió la Cruz
Militar, una condecoración por su valentía.
¿Por qué se
interesó por la diabetes?
“Conocía el trabajo anterior de mis colegas
que incluso habían probado la orina de los pacientes para darse cuenta que era
dulce y así dar nombre de diabetes mellitus al aumento de sangre por la
ausencia de insulina. Ya habían encontrado que el órgano protagonista en esta
enfermedad es el páncreas. Langerhans encontró los islotes que segregaban
insulina. Me contacté con el médico británico John James Mcleod y también profesor
de fisiología de la Universidad de Toronto quien me facilitó para mayo de 1921 un
laboratorio para intentar extraer la insulina del páncreas para suministrarla
de forma inyectada ya que no había dado resultado de forma oral. Tuve un gran ayudante
que fue Charles Best, estudiante en ese momento”
Sin el conocimiento y trabajo de varios investigadores durante décadas, no se hubiera llegado al exitoso descubrimiento de la insulina. Cada uno puso su granito de arena.
¿Cuénteme de
Marjorie?
“Cuando comenzamos con las investigaciones
usamos perros con diabetes para la experimentación, extraíamos la insulina de
un páncreas y se las inyectábamos. Marjorie fue la primera perrita en quien
probamos esta hormona. Notamos cómo sí disminuían los niveles de glucosa, pero
como no era tan pura tuvo algunas complicaciones y la sacrificamos. Fue nuestra
héroe”
En la actualidad los animales con diabetes también se benefician de la insulina y podemos darles mayor calidad de vida. Incluso existen endocrinólogos veterinarios.
¿Qué sentimiento lo embargó cuando vio mejoría en Leonard Thompson con la primera inyección de insulina en humanos?
Leer aquí la entrevista a Leonard Thompson
“Teníamos muchos nervios pero estábamos
seguros que podría funcionar. Ver a Leonard mejorar cada día fue una alegría.
Al principio tuvimos inconvenientes porque no conseguíamos pureza en la
insulina, pero gracias a la colaboración de James B. Collip, bioquímico, logramos
un líquido más puro y así mismo más efectivo”
Con el tiempo la insulina se extraería de
animales porcinos y bovinos que también generaba ciertas reacciones adversas en
las personas inyectadas, pero después fue siendo más segura al ser elaborada en
un laboratorio.
¿Cómo recibió la
noticia del Premio Nobel de Medicina en 1923?
“Este premio, aunque bien recibido, no fue
justo ya que fuimos muchos quienes aportamos nuestros conocimientos y trabajo.
No incluyeron a Charles Best quien me ayudó en todo el proceso, así que compartí
la mitad del premio con él. La distinción también la recibió John James Richard
Macleod quien la compartió con James Collip”
Con sólo 29 años Frederick Grant Banting co-descubriría
la insulina, dos años después años recibiría este merecido premio, el científico
más joven en ser galardoneado.
¿Cómo se imagina
la vida de las personas con diabetes de ahora en adelante?
“Con mucho futuro, aunque estoy seguro mis
colegas investigadores continuarán con este legado para seguir mejorando su
calidad de vida”
Lo que no imaginaba es que ese dólar por el que
vendió la patente se convertiría en un negocio que negaría el acceso a muchas
personas con diabetes.
Además de la
medicina, ¿qué le gusta hacer?
“En mis ratos libres me gusta pintar, creo que
no costarán tanto mis pinturas como la insulina”
Frederick Banting trabajó en muchas otras investigaciones, murió en un accidente aéreo a sus 49 años.
Charles Best también continúo con investigaciones y estudio la heparina, sustancia que sirve para evitar los coágulos en la sangre, también inyectable y que fue muy útil en la Segunda Guerra Mundial.
¡Gracias héroes!