14 de noviembre 2018
El tema de la Federación internacional de Diabetes para el Día Mundial de la Diabetes 2018-2019 es "Diabetes y Familia". Y es que la diabetes, sin importar el tipo ni la edad en la que somos diagnosticados, es una condición de salud en la que debe involucrarse el entorno familiar y en general debe ser conocido por nuestro ámbito social.
El tema de la Federación internacional de Diabetes para el Día Mundial de la Diabetes 2018-2019 es "Diabetes y Familia". Y es que la diabetes, sin importar el tipo ni la edad en la que somos diagnosticados, es una condición de salud en la que debe involucrarse el entorno familiar y en general debe ser conocido por nuestro ámbito social.
La diabetes es una condición de salud donde
las personas deben hacerse cargo desde el principio del diagnóstico. En niños o
adolescente los padres o cuidadores tienen la responsabilidad y un rol
fundamental, porque a pesar de no tener la condición, sí deben tomar decisiones
importantes por esa persona con diabetes. De la educación diabetológica, el uso
adecuado de las herramientas y “normalizar” la enfermedad en sus vidas depende
que a medida que crezcan estos niños y adolescentes vayan tomando sus propias
decisiones y se conviertan en adultos responsables e independientes con su
condición de salud. Una forma de agradecer también las enseñanzas brindadas en
los años de dependencia.
Cuando somos diagnosticados de adultos el involucramiento
no implica obligatoriamente la toma de decisiones, pero sí el acompañamiento en
ese momento de nuestras vidas donde necesitamos la compañía para
asimilarlo y el posterior apoyo en el camino y aprendizaje con esta condición
de salud. Otra cosa es si el diagnosticado es una persona mayor, que debe ser
atendida por su entorno.
Este sería el escenario ideal de toda persona
con diabetes. Pero con tristeza se pueden encontrar casos de personas que no
cuentan con ese respaldo. En mi experiencia como bloguera y los comentarios que me
llegan y veo en las diversas redes sociales, puedo encontrar cómo familiares de
pequeños con diabetes se derrumban, y la impotencia de no ver a sus hijos “sanos”
les hacen perder la esperanza. A esto se suma la carga económica que implica
tener la enfermedad sin posibilidad de tener acceso al tratamiento. Adolescentes
que quedan solos con la responsabilidad ya sea porque sus familiares no tienen
el tiempo o disposición para atender esta condición o sus realidades sociales,
educativas y económicas los limitan. También puede pasar lo contrario,
familiares que lo dan todo por esa persona con diabetes pero sin el autocuidado de esa persona por su propia salud.
También se pueden leer mensajes de cómo un
familiar “murió por diabetes”, notándose la
ignorancia que hay sobre el tema. Personas y familiares presentes pero que no cuentan con información sobre la condición. Se culpa a la diabetes o a la persona, cuando en realidad no tuvo la contención apropiada para sobrellevar la enfermedad y la falta de compromiso de la familia por involucrarse
en el tema fue nula. Para la muestra un botón:
La carga social asociada a la diabetes es un
peso que muchas personas deben llevar por los mitos y desinformación en torno a
la enfermedad, lo que genera que personas con diabetes oculten su condición al
no recibir el apoyo y comprensión de su entorno social.
Manejar la diabetes de por sí es complejo, pero lo es más cuando no se cuenta con el apoyo familiar o social.