25 de julio 2018
Cuando me diagnosticaron con diabetes (tipo 1)
me insistían que no debía consumir azúcar, tampoco ciertas frutas y eliminar
por completo ciertos alimentos. Con esta información y un listado poco entendible,
estando en el supermercado ya ni sabía qué elegir. Me guiaba por lo que decía
el empaque en su etiqueta frontal: “apto para diabéticos”, “light” o “dietético”.
Con los años, fui aprendiendo más sobre mi tipo
de diabetes, analizando el impacto de los alimentos en mi glucemia y
aprendiendo a leer las etiquetas para el conteo de carbohidratos. Así he elegido mejor mis alimentos y también algunos que no son muy recomendados pero los consumo bajo mi responsabilidad.
A partir de ese momento, educada nutricional
y diabetológicamente empecé a leer con detenimiento los ingredientes y las etiquetas
nutricionales caí en la cuenta que la industria de alimentos nos manipula, nos engaña
y con esto nos dice qué es lo que debemos comer a su propia conveniencia.
Un ejemplo son algunos edulcorantes con la
moda de la Stevia, es más efectivo poner la etiqueta verde con una ilustración
de una hoja natural pero sólo agregar un 3% de este ingrediente. En algunos alimentos
“light” si comparamos el producto con su par “normal”, vemos que no hay amplia
diferencia entre el total de carbohidratos ni la cantidad de azúcar. Panes
integrales, que no contienen la suficiente fibra. En la sección “saludable” de
los supermercados vemos cereales, galletas, bebidas, etc , que tienen alto
contenido de azúcar, grasa, poca fibra, pero igual los acomodan en esa
categoría para hacernos sentir mejor. Y lo que más me choca son los "aptos para diabéticos" cuando hay otros que no tienen esa etiqueta y me funcionan igual.
¡Patrañas! Tengo el derecho a elegir basada en
información real, sin etiquetas manipuladoras. Si quiero consumir un producto
con x o y características, que sea porque yo lo decido a conciencia y no porque
la publicidad me hipnotiza.
Quienes tenemos diabetes tipo 1 contamos
carbohidratos (en etiqueta nos fijamos en "total de carbohidratos" o los aprendemos de memoria en alimentos no empaquetados) para calcular dosis de insulina. Muchos productos no traen
etiquetas nutricionales o la información es errada. Además, el tamaño de la
letra de estas etiquetas es tan pequeño que parece que fuera intencional que no
las podamos leer con claridad, y ni qué decir de los términos extraños y
porcentajes que no sabemos de dónde diantres salen o qué significan. Además, no
sólo debemos alejarnos de los productos altos en azúcar, también los que contienen
grasa y sodio en cantidades que superan la ingesta recomendable. Y los
ingredientes son muchos sintéticos y artificiales.
Por esto, la ley de etiquetado es importante
para la salud de las personas que tenemos una condición de salud y ni que decir
de las personas que aún no las tienen. Y no sólo para las bebidas ni productos
chatarra, también los productos disfrazados de saludables y todo lo que sea
consumible.
Si en realidad se quiere prevenir el
sobrepeso, la obesidad y enfermedades como la diabetes tipo 2 se debe dar
información clara de los productos y educar nutricionalmente a la población,
sobre todo a los más pequeños. Cada persona elige lo que consume, pero debe
elegir sin manipulación ni engaños.
La ley de etiquetado y el impuesto a bebidas
azucaradas son dos de las acciones más sonadas que pretenden cambios en el
consumo para mejorar la salud de las personas. El segundo me parece impositivo y
recaudatorio si no se combinan con otras acciones que impacten directo en la
conciencia del consumidor. (Leer: Impuesto a bebidas azucaradas, ¿efectivo para prevenir la diabetes tipo 2?)
El primero debería ser el primero en ponerse en
práctica junto con otros que sean dirigidos a la población más vulnerable: los
niños, como por ejemplo: eliminar las bebidas azucaradas de los combos
infantiles, brindar en los colegios educación nutricional y comida saludable.
No permitir la publicidad de bebidas azucaradas y chatarra en horario familiar. Enseñar a los padres. Entre otras cosas.
En Chile y Perú ya implementaron ambos. En México sólo el impuesto. En Colombia todavía ni lo uno ni lo otro.
En supermercado una pareja de la tercera edad tratando de elegir una bebida sin azúcar. Me acerco para colaborarles e indicarles q en etiqueta nutricional debe especificar: Azúcar 0g. No la alcanzaban a leer y después dicen que no se necesita ley de etiquetado para poder elegir— Carolina Zárate (@Carolina_tipo1) 22 de julio de 2018