Artículo escrito exclusivamente para la Revista en3d de la Federación Española de Diabetes, en su edición de No. 64 de Mayo 2017
El Ratoncito Perez
Para mí, aplicarme la insulina es como cepillarme los dientes. en el
sentido que se convierte en una rutina, en algo que debes hacer en el día a
día.
Cuando tenemos diabetes, ni una ni la otra se nos puede olvidar. El
cepillado, como lo dice mi odontólogo de apellido Perez, se recomienda 3 veces
al día, después de las comidas, y aunque cepillarse los dientes puede ser más
amigable que inyectarse insulina, tarda un poco más, y por lo general es
necesario contar con un lavamanos para hacerlo, así que eventualmente reducimos
la cantidad de veces.
Con las inyecciones de insulina no tenemos opción. Es indispensable
seguir las indicaciones según el tratamiento de cada persona y según el tipo de
diabetes, puede ir desde 1-2 a 6 veces por día. Por más que nos incomode,
ninguna dosis se nos puede olvidar, y lo podemos hacer en cualquier lugar. Y ni
qué decir cuando usamos bomba de insulina, quienes están alrededor nos sabrán
si enviamos un mensaje o un bolo de insulina.
Ambas acciones tienen mucho más en común de lo que nos informan. Poco
nos comentan la relación de la salud bucal con la diabetes, pero puede resultar
en una complicación cuando no hay un control de la glucemia. Las encías se
pueden ver afectadas y desencadenar más problemas bucales. ¡Pero no para ahí!
Un problema bucal puede dificultar el control de la diabetes.
Ir al odontólogo puede causar tanto temor como las jeringas, pero
debemos seguir las indicaciones de cepillado, detectar toda molestía y llenarse
de coraje para ir periódicamente a las citas de control.
Así que agreguemos al bolso, además de las insulinas, jeringas, lapiceras, tirillas, lancetas, etc; el cepillo, el hilo y la crema dental.
Pueden leer este artículo en la revista de FEDE: https://issuu.com/fedediabetes/docs/en3d_n___64_completo/14
(Mientras escribía no dejaba de escuchar el sonido de la "fresa")