"No sólo son 1.800 inyecciones de insulina, son 1.800 veces que no te has dado por vencido" - Carolina Zárate |
Han circulado varias imágenes de niños protagonizando fotos con cientos de jeringas en su cuerpo o con una montaña de jeringas a su lado y con el número de veces que tenemos que inyectarnos quienes usamos insulina.
¡Es impactante! sobretodo para quienes no tienen o viven de cerca nuestra condición y mucho menos la entienden. Quienes no tienen diabetes dirán: "pobre niño", "cómo sufren las personas con diabetes", "eso no es vida"...
No es fácil pero no deberíamos ponernos en la posición de víctimas y que tampoco nos vean con lástima.
"Por qué victimizarse, si no somos víctimas"
Aunque muchos no han aceptado todavía su condición yo los invito a reflexionar desde un punto de vista más positivo. La diabetes no se limita a una jeringa. El punto importante de la diabetes es poder controlarla, y para esto debemos contar con todas las herramientas y además aprender a usarlas.
En mi caso usé las jeringas por 10 años y cambié a bomba de insulina, no porque odiará las jeringas, sino porque ya no lograba controlarme con las inyecciones múltiples. Y aún así quienes tenemos ese dispositivo tenemos que seguir unos procedimientos y los pinchazos se siguen sintiendo.