Querido niño Dios: Este año me he comportado muy bien, observé las vitrinas con los ricos postres con azúcar pero no comí ninguno, cuando como hamburguesas la pido sin salsas y con gaseosa light, ah y sólo me como un pan para comer las riquísimas papas fritas, en los cumpleaños de mis amiguitos no prové la provocatica torta de chocolate y fuí amis citas médicas y me hice tomar todos los exámenes.
Como te puedes dar cuenta he cumplido con mis deberes como diabética, así que a mi parecer me merezco un buen regalo de navidad, ¿Que tal si me das un día, te pido sólo un día para ser como mis amiguitos y poder comer la torta de chocolate? o si te parece más razonable, ¿Que tal si me regalas toda una semana con suficiente insulina en mi cuerpo para comer sin parar los sabrosos buñuelos y la natilla que prepara mi madre?...
Bueno Niño Dios, espero que recibas mi carta y si no puedes regalarme lo que te pedí, sígueme dando mucha voluntad para seguir con mi rutina cada día durante los siguientes 365 días, hasta la próxima carta que te escriba y tal vez alguna navidad puedas darme algo de lo que te estoy pidiendo.
Salúdame a Papá Noél y dile que esta muy gordito, que se ponga a dieta no sea que se enferme como yo.