En muchos ámbitos es común que exista la ignorancia y desinformación sobre diabetes en general y especificamente en diabetes tipo 1 y el aula de clases no es la excepción. En un lugar que debería ser parte de un proceso de formación tanto académico como social, los profesores de estudiantes con diabetes se rajan en empatía y los compañeros de clase reprueban el valor del respeto.
Las instituciones educativas al conocer que tiene estudiantes con alguna condición de salud deberían crear espacios para promover la información sobre ésta y el respeto de quienes las tienen, pero muchos familiares ven un obstáculo en colegios por el anulo apoyo de todo el plantel y de los directivos.
Acá unas cuentas reglas que se deberían seguir:
1. Permitir el uso del glucómetro en clase y dejar al estudiante con diabetes medir su glucemia cuando lo requiera en su pupitre, no es necesario que salga de clase.
2. No llamarlo el “niño diabético“, sino por su nombre como a cualquier estudiante.
3. El estudiante con diabetes llevará consigo una bebida o snack que debe consumirlo según el nivel de su glucema sin que sea reprendido por el docente.
4. No dañe, retire o arrebate sus dispositivos médicos como glucómetro, bombas de insulina o lectores de monitoreos de glucosa. Son aparatos de alto valor comercial y parte fundamental del tratamiento que de llegar a interrumpirse puede llevarlo a una urgencia médica.
5. Permitir la comunicación con sus familiares para cualquier indicación en su tratamiento como dosis de insulina que el estudiante está capacitado de aplicar.
6. No propiciar el bullying o burla por su condición de salud. Se debe fomentar el respeto en el aula de clases hacia todos los alumnos. Comentarios abusivos, despectivos e irrespetuosos sobre la diabetes del estudiante da un mal ejemplo hacia los demás.
7. No excluirlo de actividades, por ejemplo, deportivas o al aire libre. Todos los estudiantes con diabetes pueden realizar cualquier actividad con los cuidados respectivos que requiera su condición de salud. Tampoco se les debe obligar cuando el estudiante decida no realizarlas por algún aspecto de su tratamiento.
Hagamos de los colegios o cualquier institución educativa un lugar seguro para los estudiantes con diabetes tipo 1.
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