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| La "habitación del pánico" trata de una madre y una hija que deben ocultarse de unos ladrones que invaden su casa, en un momento a Sarah le da una hipoglucemia. |
Quienes vimos la "Habitación del Pánico" (Panic Room) nos emocionamos con el reloj que tenía Sarah (personaje de Kristen Stewart). En el año 2002 cuando estrenaron la película no estábamos familiarizados con monitoreos continuos de glucosa y menos con relojes que marcarán el nivel de glucemia, así que ver cómo esta niña podía ver su baja de glucosa desde su muñeca sin pincharse los dedos era ciencia ficción para quienes tenemos diabetes tipo 1. A mi me diagnosticarían en 2004, y en ese año todavía parecía irreal.
En el año que me diagnosticaron, los glucómetros capilares eran la única opción de automonitoreo. Eso que no viví las décadas donde los rangos se basaban en colores, ni cuando los glucómetros eran costosos, de gran tamaño, y su uso se limitaba al personal médico y las instituciones, tanto así, que no se recomendaba que los pacientes realizarán ellos mismos la prueba de glucemia.
En mi época ya era primordial que toda persona con diabetes llevase consigo un glucómetro, por lo que esa fue la primera pauta de mi tratamiento. Se conseguían en tiendas especializadas en salud a precios económicos (lo costoso siguen siendo las tirillas), de diversas marcas, colores, con beneficios como memoria más amplias, mínima gota de sangre, etc. En un tamaño que nos permite llevarlo en el bolso, sin que nos pesen y con opciones de descarga de los datos, así como obtener promedios de glucosa (nunca usé estas funciones).
Esto parecía no ser suficiente. ¿Para qué tantas funciones en un glucómetro si no podemos ver la curva de glucemia? ¿en qué mejoraría eso nuestro control?
La metamorfosis no se detiene, entonces, la tecnología nos sorprende con los monitoreos continuos de glucosa: dispositivos que se adhieren al cuerpo por 6, 14, 90 o 180 días según el modelo, para mostrarnos las 24 horas nuestra glucemia e incluso con alarmas que nos avisan de bajas y altas de glucosa. Y voilà, el reloj de Sarah se hizo realidad gracias a las aplicaciones en nuestros celulares y relojes inteligentes.
Desde el año 2015 tengo la bomba de insulina con monitoreo continuo de glucosa que predice y se detiene en las hipoglucemias, y cada vez que experimento los beneficios agradezco a esta tecnología por existir. Ya hemos dicho que no es lo mismo el manejo de la diabetes con seis valores de glucometrías al día que tener un panorama completo de la glucemia las 24 horas del día, con datos cada 5 minutos.
Es una necesidad indiscutible para toda persona con diabetes tipo 1, pero a la que pocos tenemos acceso.
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| El sensor del monitoreo continuo de la bomba de insulina se cambia cada 6 días y el monitoreo flash dura 14 días. |
¿El fin de los glucómetros?
El punto de mayor avance de los glucómetros es la precisión (algunos modelos, por lo general de marcas desconocidas no cumplen con este requisito), es lo más importante para poder tomar decisiones, por ejemplo dosis de insulina, partiendo del valor de glucosa que nos marque.
Una glucemia capilar es diferente a la del líquido intersticial que es desde donde miden los monitoreos continuos de glucosa. Todavía necesitamos del valor que arrojan los glucómetros para realizar calibraciones en unos y verificar en otros para toma de decisiones. Aún así, deberían ser muy cercanos y más cuando no hay flechas de tendencias (si está bajando o subiendo la glucemia y a qué velocidad).
Olvidarnos de los glucómetros depende de la duración y precisión de los monitoreos continuos y ni que decir del acceso a estas avanzadas tecnologías.
Ya no es ciencia ficción, la industria sabe que este es el presente y futuro y es lo que las personas con diabetes demandamos y exigimos.
Además, ya no queremos puntos negros en nuestros dedos.
