Es común tener una negación al principio del diagnostico de diabetes tipo 1, nadie nos prepara para eso. |
9 de mayo 2017
es uno los pensamientos cuando nos diagnostican con diabetes tipo 1.
Cuando estuve internada en la clínica, pensaba que eso no me podía estar pasando a mí. El último día, escuché atenta las pocas indicaciones que me dieron sobre mi tratamiento, me inyecté a regañadientes y temor la insulina y me dirigí a casa con la cara hinchada por el suero y los ojos inflamados por el llanto.
Comprar un glucómetro estaba dentro de las indicaciones para mostrarle al médico unas semana después los resultados de las glucemias. Pero me negué a hacerlo, porque con eso supuse que esta realidad no me azotaría.
No tengo idea cómo tenía mi glucemia esa semana después, sólo me inyectaba mañana y noche las dosis de insulina que me indicaron e incluso por la poca experiencia se me cayó un vial al piso, derramando toda la insulina contenida en ella.
Una semana después de estar internada...
- ¿Compraste el glucómetro?.
- ¡No, me siento fenomenal! seguramente ha sido un error y podrían realizarme otros exámenes.
- ¡No, me siento fenomenal! seguramente ha sido un error y podrían realizarme otros exámenes.
Me bajó de la nube suavemente explicándome la realidad: Tendría diabetes tipo 1, ¡toda la vida!
Una escena que se repite día a día: 5 a 6 mediciones de glucemia al día |
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