21 de octubre del 2015, ¿les suena?
Tal vez no, pero si han visto la trilogía de “Back to the Future”, en mi
país “Volver al futuro” seguro que la recordarán. Esa es la fecha cuando Marty
McFly llegó al futuro, y bueno, su futuro no concuerda con el de hoy, pero aún
así nos hace maravillar con la forma de empatar las historias con las líneas de
tiempo. La he visto muchas veces y no me canso de ver una y otra vez cada
parte.
Volver al futuro con diabetes (Primera parte)
En mi película el Doc Brown es experto en diabetes, y me transporto
desde el año 2015 al 1955 junto con mi bomba de insulina, mi glucómetro,
pastillas de glucosa y todas esas herramientas que impresionarían a las personas
con diabetes de esa época, donde existían jeringas de vidrio, tiras para medir
la glucemia en colores, e insulinas de origen animal.
Sus caras de fascinación no serían más que las que tenemos hoy en día
con todas las nuevas tecnologías, tocarían mi bomba de insulina como un aparato
impresionante del "futuro" y verían con escepticismo que mi glucosa
apareciera mágicamente en una pantalla y me alertará cuando sube o baja, como
si me hablara.
De regreso, la historia hubiese cambiado, en ese nuevo 2015 las personas
con diabetes ya estaban preparadas para exigir esa tecnología mucho antes que
existiera, así que vería como en la cintura de todas las personas con diabetes
colgaría ese aparato tecnológico.
Volver al futuro con diabetes (Segunda parte)
¡Ir al futuro!…tendría que adivinar una fecha donde posiblemente existiera
una cura definitiva para la diabetes, ¿2020, 2025, 2030? y traer su fórmula no
sólo a 2015, sino dejarla plasmada en algún dibujo de Da Vinci para cuando
existan todos los elementos para crearla.
Además, me buscaría para ser testigo de verme curada, de verme sin
diabetes y ver cómo la espera y cuidados de tantos años valieron la pena.
Volver al futuro con diabetes (Tercera parte)
Pero no sería suficiente, teniendo la oportunidad de viajar en el
tiempo, sin duda iría a 1921. Estar frente a frente con el descubridor de la
insulina, Frederick Banting y todos sus colaboradores. Abrazarlo con tanto
agradecimiento y contarle como nos cambió la vida, cómo nos dio la oportunidad
de tener una mejor calidad de vida, la oportunidad de vivir y sobrevivir.
Y como en la original aparece un canino, adoptaría a Marjorie, la perrita
pancreatectomizada (extracción del páncreas) para que compartiera conmigo todas
mis odiseas.
Volver al futuro (Mi parte)
Sin pensarlo, haría una escala en el año 2004, precisamente al 16 de
septiembre y me visitaría en la clínica. Para que no haya sospechas y no llamar
mucho la atención, no sería ni enfermera ni médica, me haría pasar por el
catering de la clínica, el encargado de llevar la comida y de paso agregaría
algún rico postre para animarme.
Dejaría notas en cada cena con mensajes positivos, sin mucho humor
porque todavía no me daba gracia tener diabetes y seguro tampoco entendería los
chistes.
Entraría con algún pretexto a la habitación cada vez que me viera
llorando y cuestionándome para darme una pequeña luz de lo que vendría.
Pero no me diría todo lo que sé ahora, en ese momento no sería capaz de
comprender el camino que recorrería, dejaría que tropezara y aprendiera de
ello.
Pero sí dejaría una carta para ser abierta el 21 de octubre de 2015 que
diría:
“Sabía que podía confiar en ti y aunque no puedes ser perfecta, continua así que todo saldrá bien” Att: Yo misma
(Este blog es autoría de Carolina Zárate, donde cuenta sus experiencias y opiniones, si no eres ella y vas a copiar los contenidos asegúrate que lleven el crédito correspondiente y el link www.blogdiabeticotipo1.blogspot.com )