Un día como hoy (16 de septiembre), hace 9 años, unos 29,160 días, me diagnosticaron con
diabetes tipo 1.
Lo recuerdo como si fuese ayer…ese momento cuando desde el consultorio de
una doctora me enviaban a urgencias, con una orden de ingreso inmediato y los
resultados de mi glucemia en ayunas.
Llegué a la clínica sin saber con certeza el diagnóstico que me esperaba.
Sólo sabía que había bajado de peso, tenía mucha sed, comía desaforadamente,
orinaba constantemente y que mi glucemia desbordaba el rango normal.
“Tienes diabetes tipo 1”. Fue la afirmación del
médico internista de guardia, después de otros análisis de sangre y de haber
recibido una inyección de insulina. No imaginaba que tan serio era el tema,
hasta que me dijo que tenía que quedarme por varios días internada.
Ojalá pudiese viajar en el tiempo y visitarme en ese instante, cuando
sentí que el mundo se desmoronaba. Así como en la película “Volver al futuro”,
programaría el tiempo para regresar al año 2004, a las 20 hs del 16 de
septiembre, cuando ya estaba sola en la habitación tratando de procesar lo que
me pasaba.
“Soy tu misma, 9 años adelante”, sería la frase de presentación.
Me reconocería inmediatamente, ¡ya que no he cambiado mucho!
Con una sonrisa, me secaría las lágrimas, me tomaría la mano, y me
diría: “Es una noticia inesperada, y puedes llorar cuánto puedas para
desahogarte. Con el paso del tiempo te darás cuenta que no será un obstáculo para
hacer lo que quieras, ahora tal vez tengas que cancelar algunos planes, como
vivir en otro país, pero más adelante podrás hacerlo realidad y muchas cosas
más. Tendrás la oportunidad de conocerte; adaptarás tu nueva condición a tu
vida, y no será ésta la que te domine, conocerás
actitudes y aptitudes que nunca pensaste tener; será más lo ganado que lo
perdido. No me vas a creer ahora, pero tendrás una sonrisa de oreja a oreja y
sentirás orgullo de ti misma”.
- Y como todo ser del futuro mostraría esos aparatos tecnológicos raros –
“Este es tu glucómetro, nunca lo olvides, llévalo siempre contigo”. Y yo me
miraría desconcertada.
Como la máquina del tiempo no existe, nadie ni nosotros mismo podemos
precisar cómo llevaremos o cómo nos afectará emocionalmente la diabetes, sólo
vivirla diariamente nos irá marcando el camino y así cada ensayo, error,
tristeza, alegría, logro, motivación, etc. nos enseñará a superar cada
obstáculo para convertirlo en un reto.
Seguiré contando cada año como un logro, y celebrando un balance
positivo con diabetes.
Más dulces colegas con mensajes positivos:
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