Aunque la raza humana por naturaleza es propensa a las enfermedades, el ser humano se niega a dejarse vencer por estas y por ello los resultados de tantas investigaciones han creado miles de medicamentos, tratamientos o intevenciones quirúrgicas para sanarlas o controlarlas y no se detienen en la búsqueda de más soluciones.
Pero con toda la tecnología para combatirlas o tratarlas, las personas aún no estan satisfechas con todos los avances científicos, o muchas de estas no están al alcance de todos, y recurren a otros medios como remedios caseros con las recetas de los abuelos; hierbas, menjurges (¿o menjurjes?)o pócimas hechos por curanderos o brujos e incluso productos como bebidas o píldoras "naturales" comercializados por grandes compañías con el título de "curas naturales", u oraciones el día de cada santo de su devoción. Algunas de estas seguramente con un uso responsable y realista, podrían ser un complemeto de la ciencia, pero mortal cuando se llega al punto de reemplazar los tratamientos médicos por aquellos que no tienen un estudio certero de su eficacia brindando falsas esperanzas y apoyándose en la ilusión de quienes tenemos alguna enfermedad.
Junto a estas "alternativas", encontramos también a aquellas personas que prometen curaciones por medio de la imposición de las manos, porque según ellos, dicen tener un poder especial, un "don" dado por Dios, o por la fuente universal de energía, en el caso de otras religiones, de poder curar todo lo que toquen. Con esta premisa, son cientos los enfermos que hacen largas filas por la Fe que tienen en estos "sanadores". Y es tanto el fervor, que ya son muchos los adeptos que creen ciegamente en estas prácticas y aseguran haberse curado.
Y es que la Fe, impulsa a la gente a experimentar dichas prácticas hasta convencerse de su efectividad o al contrario, desilusionarse al punto de perderla, pero me pregunto: ¿estas prácticas hacen "milagros" o es el resultado del poder de nuestra mente?
En algunos estudios realizados se ha determinado por medio escáneres cerebrales que en el cerebro de los creyentes hay un estímulo que reduce sentimientos y emociones negativas cuando oran, lo que podría explicar el efecto no sólo espiritual sino físico de quienes tienen Fe, contrario a lo que pasa cuando estamos en un estado como el estres, que afecta todo el sistema nervioso e incluso debilita el sistema inmunológico. También con algunas enfermedades como la hipocondria, una enfemedad donde la persona cree sufrir de alguna enfermedad, sin tenerla, y se obsesiona por cada detalle fisiólogico y por una molestia minima le abarca la preocupación y la ansiedad pensando en lo peor; o las enfermedades psicosomáticas que tienen su origen en un conflicto psicológico que se expresa através de un síntoma físico. Las emociones y sentimientos negativos que no se pueden exteriorizar se manifestarán organicamente.
En calidad de persona con diabetes, me permito ser escéptica con cualquier práctica sanadora que no tenga que ver con la ciencia, ya que no me cabe en la cabeza que de un día para otro me cure, sólo por una poción mágica, o cambié mi inseparable insulina por una malteada o un señor con su propia Fe del don que posee, ponga mis manos a la altura de mi estómago y voilá, las células beta de mi páncreas renazcan y pueda sin necesidad de insulina tomarme una coca cola normal manteniéndome por debajo de 120, o en el peor de los casos, me laven el cerebro y deje de aplicar mi insulina sólo porque "creo" y "siento" haberme curado.
Así que no se trata de perder la Fe, ya que esta demostrado que es un estímulo para mantener una actitud positiva y esperanzadora ante cualquier situación, ni de imponer creencias, pero si de ser responsables con esta y con nosotros mismos, porque hay gente inescrupulosa que sí actúa de mala Fe y están dispuestos a buscar a personas que esperan un salvador que las libere del dolor de aquello que las aqueja, o aunque las intenciones no sean otras que ayudar, pueden perjudica a quienes se someten a estos "rituales de sanación".
RESULTADO DE LA ENCUESTA
