Homero...
Día gris, pero con una sonrisa que ni el insulto más infame podría borrarla, y Bob Marley susurrándome: “Don’t worry, be happy”, para comenzar a delirar.
Primer efecto: poca concentración , todo lo acontecido en el minuto anterior se va con las notas musicales del ambiente; seguido de movimientos torpes y descoordinados; mis músculos empiezan a relajarse y a quedar sin fuerza; mis dedos ya no encuentran la tecla indicada; la vista queda perdida en un solo punto, algún recuerdo que llevo en mi mente; me ataca una taquicardia desesperada por liberar el corazón de mi pecho; el color de mi rostro comienza a degradarse; un apetito voraz amenaza con devorar todo lo que contenga la mayor cantidad de azúcar y carbohidratos; un temblor con una magnitud de unos 8.5 grados en la escala de Richter sacude mis extremidades.
Un poco más lejano, el sonido de una gota cayendo repetida y rápidamente en el lavabo intenta subir mis decibeles y secundar a Bob Marley que ahora me susurra: “Get up, stand up", pero lo que no se imagina, es que mi sentido auditivo está siguiendo los pasos lentos pero fuertes de mi vecina de arriba, quien aparentemente es una anciana que usa con caminador, (o eso creo y espero), lo que explicaría la fortaleza de sus pasos, rígidos, confiados y certeros, que viene atemorizándome cada vez que decide deambular por su apartamento; mientras un niño en otro lugar sigue gritando porque la realidad lo angustia, tanto como a mí no poder alcanzar mi glucómetro que está a solo un movimiento corporal pero que las pocas fuerzas me impiden alcanzarlo.
Reacciono ante la posibilidad de una hipoglucemia, y ya con mi glucómetro a mano, logro poner una gota de sangre y localizar la mirada, el resultado:
44 mg/dL junto a Bob Marley!!, mejor que con un cannabis....yah man!!!!!!
(Todos los derechos reservados de este escrito a Carolina Zárate, autora de www.blogdiabeticotipo1.blogspot.com, por lo que toda reproducción sin su fuente no están permitidos)
