Estuve en Los Ángeles, California y aunque un poco agotador por las 7 horas de vuelo, levantarse temprano y caminar un montón resulto muy bien. Viajar me resulta relajante cuando todo sale como se ha planeado, y mucho más cuando se ha llegado al destino sin olvidar nada en casa, y cuando nos reencontramos con antiguos amigos, y compartimos tiempo con nuestros familiares. Y aunque muchos pensarán que es complicado viajar con diabetes, pues no lo es. Estos son algunos detalles que siempre tengo en cuenta:
1. Certificados. Lo primero es solicitar al médico tratante un certificado de nuestra condición como diabéticos y las fórmulas de los medicamentos e insumos con los nombres y dosis exactas.
2. Hora local. Es indispensable averiguar la hora local de nuestro destino, para así ajustar nuestras dosis al nuevo horario. Cuando viajamos al este el día se acorta, así que seguramente necesitaremos reducir la dosis de insulina o comer más carbohidratos, cuando se viaja al oeste el día se alarga y tal vez necesitemos más insulina para balancear las comidas extras durante el vuelo y después de aterrizar. En mi caso, en mi destino eran dos horas antes, es decir si en Bogotá me aplicaba la insulina Lantus a las 8:30 am, allí sería a las 6:30 am, con esto decidí no hacer cambios en mi horario y aplicármela como lo venía haciendo, es decir 6:30 am hora de L.A, así aplicaría mi dosis antes de salir del hotel apenas para desayunar con la que me aplico Lispro. Para ajustar las dosis a la hora local lo mejor es consultarlo con nuestro médico y este nos da las indicaciones del caso.
3. Medicamentos e insumos. Empacar adecuadamente en una nevera pequeña las insulinas y llevar uno o dos viales de más por cada tipo de insulina por si algún frasco se rompe o extravía. En casa me ocurrió una vez que mientras calentaba la insulina en mis manos de repente se me cayó y el estallido del frasco y el olor a insulina sólo generaron una palabra: &%$%. Siendo el único tuve que correr a la droguería para reemplazarla exponiéndome a no conseguirla, así que esto me enseño a tener varias de reserva. La insulina en uso no es necesaria tenerla refrigerada, desde que no se someta a extremos de frío ni calor. Asegurarse que nuestro glucómetro esté calibrado y con suficiente batería, además tener suficientes tirillas y lancetas. Llevar el doble de jeringas de las que necesitaríamos para el viaje y así cubrir imprevistos como demoras en aeropuertos e incluso si pensamos quedarnos más días de lo planeado. Por lo general suelo llevar un paquete de 10 jeringas por día. Llevar todo como equipaje de mano.
4. Información del lugar. Además de investigar sobre nuestro destino como: cultura, comida, clima, lugares turísticos, transporte, etc, es recomendable identificar hospitales o lugares a donde podamos acudir para una emergencia, incluso si llevamos una tarjeta de asistencia.
5. Alimentos. Llevar colaciones para evitar hipoglucemias e incluso pastillas de glucosa, sobres de azúcar o bebidas azucaradas, y en caso extremo glucagón para remediarlas.
6. Maleta de mano. Las mujeres siempre empacamos más de lo que en realidad necesitamos, con la excusa de "por si acaso". En algunas ocasiones me he encartado con una maleta pesada y grande pero lo ideal es llevar una maleta pequeña y mejor si es equipaje de mano con lo necesario, siguiendo estos parámetros en este viaje empaqué: Dos jeans, un legis, cinco blusas, un buso y/o chaqueta, un par de tenis, ropa interior e implementos de aseo en presentaciones pequeñas, que no superen los 100 ml (presentación exigida para equipaje de mano), más la muda de ropa del día del viaje. Perfecto!!! y sólo pesó 8,7 kilos para ser equipaje femenino, lastima que me hayan quitaron mi crema Acid Mantle por superar los 100 ml :S
7. Servicios especiales en el avión. Tal vez muchos no lo sepan, pero para viajes largos, las aerolíneas ofrecen menús especiales según cada necesidad, puede ser comida para hipertensos, baja en grasa, celiacos, etc, y claro para diabéticos. Esta debe solicitarse con un mínimo de 24 horas a la respectiva aerolínea. Para ser sincera no hay mucha diferencia, solo tratan de agregar más verduras y frutas, eliminan los postres o productos dulces y mantienen las cantidades habituales, así que más pequeñas imposible. He decidido no volver a utilizar este servicio ya que exageran el plato, me refiero a que resulta ser incoloro e insípido, además sería un gran detalle si reemplazan el postre normal por uno dietético, la nutricionista que los asesora aún piensa que nuestro menu debe ser triste y aburrido.
8. Documentos. Cabe resaltar no olvidar el pasaporte, visa, boletos de avión, etc.
9. Controles de seguridad. No hay inconveniente en pasar nuestros medicamentos por los controles de seguridad, desde que estén en los empaques originales, las jeringas podemos llevarlas sin problema. Siempre les comunico a los de inmigración que llevo medicamentos para la diabetes y no ha sido un obstáculo. Si hay algún problema por ningún motivo debemos dejar que decomisen nuestros medicamentos, de inmediato llamar a una entidad del aeropuerto que nos solucione el inconveniente. En el caso de Estados Unidos es la TSA.
10. Dieta. Para mí es difícil continuar la dieta que llevo en casa cuando viajo, por lo general me antojo de la comida típica y no me perdonaría no probar los platos de cada región, además muchas veces no es fácil conseguir los alimentos que se acostumbran. Por esto, me aseguro de aplicar la insulina rápida necesaria según la porción y cuando regreso a casa continuo juiciosa con la dieta.
11. Monitoreo. Para estar segura que todo marcha bien, aumento las tomas de glucometría.
12. Compras. Además de ropa, accesorios, regalos, recordatorios, etc, es útil fijarse en productos para la diabetes que no se consigan en el país. Pero teniendo en cuenta que si son insumos encontremos proveedores en nuestra zona.
13. Disfrutar. Este es el detalle más importante!!!!...Aprovechar y disfrutar todas las actividades diarias, ya que la diabetes no es impedimento para realizarlas.
Esos fueron algunos tips básicos pero muy importantes, así que los dejo con algunas foticos:
1. Certificados. Lo primero es solicitar al médico tratante un certificado de nuestra condición como diabéticos y las fórmulas de los medicamentos e insumos con los nombres y dosis exactas.
2. Hora local. Es indispensable averiguar la hora local de nuestro destino, para así ajustar nuestras dosis al nuevo horario. Cuando viajamos al este el día se acorta, así que seguramente necesitaremos reducir la dosis de insulina o comer más carbohidratos, cuando se viaja al oeste el día se alarga y tal vez necesitemos más insulina para balancear las comidas extras durante el vuelo y después de aterrizar. En mi caso, en mi destino eran dos horas antes, es decir si en Bogotá me aplicaba la insulina Lantus a las 8:30 am, allí sería a las 6:30 am, con esto decidí no hacer cambios en mi horario y aplicármela como lo venía haciendo, es decir 6:30 am hora de L.A, así aplicaría mi dosis antes de salir del hotel apenas para desayunar con la que me aplico Lispro. Para ajustar las dosis a la hora local lo mejor es consultarlo con nuestro médico y este nos da las indicaciones del caso.
3. Medicamentos e insumos. Empacar adecuadamente en una nevera pequeña las insulinas y llevar uno o dos viales de más por cada tipo de insulina por si algún frasco se rompe o extravía. En casa me ocurrió una vez que mientras calentaba la insulina en mis manos de repente se me cayó y el estallido del frasco y el olor a insulina sólo generaron una palabra: &%$%. Siendo el único tuve que correr a la droguería para reemplazarla exponiéndome a no conseguirla, así que esto me enseño a tener varias de reserva. La insulina en uso no es necesaria tenerla refrigerada, desde que no se someta a extremos de frío ni calor. Asegurarse que nuestro glucómetro esté calibrado y con suficiente batería, además tener suficientes tirillas y lancetas. Llevar el doble de jeringas de las que necesitaríamos para el viaje y así cubrir imprevistos como demoras en aeropuertos e incluso si pensamos quedarnos más días de lo planeado. Por lo general suelo llevar un paquete de 10 jeringas por día. Llevar todo como equipaje de mano.
4. Información del lugar. Además de investigar sobre nuestro destino como: cultura, comida, clima, lugares turísticos, transporte, etc, es recomendable identificar hospitales o lugares a donde podamos acudir para una emergencia, incluso si llevamos una tarjeta de asistencia.
5. Alimentos. Llevar colaciones para evitar hipoglucemias e incluso pastillas de glucosa, sobres de azúcar o bebidas azucaradas, y en caso extremo glucagón para remediarlas.
6. Maleta de mano. Las mujeres siempre empacamos más de lo que en realidad necesitamos, con la excusa de "por si acaso". En algunas ocasiones me he encartado con una maleta pesada y grande pero lo ideal es llevar una maleta pequeña y mejor si es equipaje de mano con lo necesario, siguiendo estos parámetros en este viaje empaqué: Dos jeans, un legis, cinco blusas, un buso y/o chaqueta, un par de tenis, ropa interior e implementos de aseo en presentaciones pequeñas, que no superen los 100 ml (presentación exigida para equipaje de mano), más la muda de ropa del día del viaje. Perfecto!!! y sólo pesó 8,7 kilos para ser equipaje femenino, lastima que me hayan quitaron mi crema Acid Mantle por superar los 100 ml :S
7. Servicios especiales en el avión. Tal vez muchos no lo sepan, pero para viajes largos, las aerolíneas ofrecen menús especiales según cada necesidad, puede ser comida para hipertensos, baja en grasa, celiacos, etc, y claro para diabéticos. Esta debe solicitarse con un mínimo de 24 horas a la respectiva aerolínea. Para ser sincera no hay mucha diferencia, solo tratan de agregar más verduras y frutas, eliminan los postres o productos dulces y mantienen las cantidades habituales, así que más pequeñas imposible. He decidido no volver a utilizar este servicio ya que exageran el plato, me refiero a que resulta ser incoloro e insípido, además sería un gran detalle si reemplazan el postre normal por uno dietético, la nutricionista que los asesora aún piensa que nuestro menu debe ser triste y aburrido.
8. Documentos. Cabe resaltar no olvidar el pasaporte, visa, boletos de avión, etc.
9. Controles de seguridad. No hay inconveniente en pasar nuestros medicamentos por los controles de seguridad, desde que estén en los empaques originales, las jeringas podemos llevarlas sin problema. Siempre les comunico a los de inmigración que llevo medicamentos para la diabetes y no ha sido un obstáculo. Si hay algún problema por ningún motivo debemos dejar que decomisen nuestros medicamentos, de inmediato llamar a una entidad del aeropuerto que nos solucione el inconveniente. En el caso de Estados Unidos es la TSA.
10. Dieta. Para mí es difícil continuar la dieta que llevo en casa cuando viajo, por lo general me antojo de la comida típica y no me perdonaría no probar los platos de cada región, además muchas veces no es fácil conseguir los alimentos que se acostumbran. Por esto, me aseguro de aplicar la insulina rápida necesaria según la porción y cuando regreso a casa continuo juiciosa con la dieta.
11. Monitoreo. Para estar segura que todo marcha bien, aumento las tomas de glucometría.
12. Compras. Además de ropa, accesorios, regalos, recordatorios, etc, es útil fijarse en productos para la diabetes que no se consigan en el país. Pero teniendo en cuenta que si son insumos encontremos proveedores en nuestra zona.
13. Disfrutar. Este es el detalle más importante!!!!...Aprovechar y disfrutar todas las actividades diarias, ya que la diabetes no es impedimento para realizarlas.
Esos fueron algunos tips básicos pero muy importantes, así que los dejo con algunas foticos: