Querido Niño Dios:
Quiero agradecerte por los regalos que me has traído. Cuando te pedí ser normal, me lo regalaste, y no porque me hayas curado de la diabetes, sido que mejoraste mi autoestima. También cuando te pedí un páncreas artificialmente me lo regalaste… bueno, fue una bomba de insulina y aunque no la use más, muchos de mis amiguitos si están felices de tenerla.
Pero me desilusioné (y no exactamente de ti) cuando te hice un pedido especial: curar la ignorancia. Sé que es un regalo complicado de conseguir, parar la discriminación y dejar de ser un estigma y el negocio de muchos no es fácil, todo lo contrario, parece que estas se hacen más inmunes a todo tipo de tratamiento o cura. Igual algún día espero ver este regalo en mi arbolito.
Eso si, me sorprendiste gratamente y me marcaste una gran sonrisa. Agregaste a mi vida un poco más de dulzura con Nutella, mi gata diabética. Es un nuevo reto que me complace y me hace feliz. Cuidar de ella y aplicar los conocimientos que he aprendido con mi diabetes para tenerla sana es un privilegio. Por esto te estaré eternamente agradecida.
Este año necesitarás millones de cajas extra grandes para el pedido que te haré, y quiero que tenga garantía de por vida. Es un tipo de ancheta con el siguiente contenido:
Positivismo para los pesimistas que piensan que nada puede estar peor, sonrisas para esos momentos difíciles, autoestima para cuando nos sintamos inseguros y educación para poder tomar nuestras propias decisiones.
Quisiera que lo pongas en el arbolito de cada persona con diabetes, y así cuando lo destapen puedan empezar a ver su vida con diabetes de una manera más optimista.
¡Por una navidad y un año nuevo llenos de positivismo y salud!
¡FELIZ 2013!
att,
Carolina Zárate
